El principio de funcionamiento de un calentador de inducción se basa en dos efectos físicos: el primero es que cuando un circuito conductor se mueve en un campo magnético, surge una corriente inducida en el conductor, y el segundo se basa en la liberación de calor por los metales a través de los cuales pasa la corriente. El primer calentador de inducción se implementó en 1900, cuando se encontró un método para el calentamiento sin contacto del conductor; para esto, se usaron corrientes de alta frecuencia, que se indujeron usando un campo magnético alterno.
El calentamiento por inducción ha encontrado aplicación en varios campos de la actividad humana debido a:
calentamiento rápido
la capacidad de trabajar en entornos con diferentes propiedades físicas (gas, líquido, vacío);
falta de contaminación por productos de combustión;
la posibilidad de calentamiento selectivo;
formas y tamaños del inductor: pueden ser cualquiera;
capacidades de automatización de procesos;
alto porcentaje de eficiencia: hasta 99%;
respetuoso con el medio ambiente: sin emisiones nocivas a la atmósfera;
Larga vida útil.