Una lata es un recipiente sellado diseñado para almacenar diversos productos alimenticios. El material del que está hecho es acero estañado, que también se llama estaño enlatado. Algunas veces el material es aluminio u otros metales adecuados en sus propiedades.
En cuanto a los detalles del uso de latas, absolutamente cualquier contenido se puede almacenar en ellas. Además, se almacena en un ambiente sin aire, lo que crea un ambiente favorable para los alimentos enlatados. La diferencia entre tales latas y recipientes, que están hechos de otro material, es que cuando abre la lata una vez, ya es imposible sellarla herméticamente.
La primera lata fue inventada en 1810 por Peter Duran, quien vendió su patente a los británicos. En 1813, se construyó la primera fábrica de conservas, que suministraba productos para la marina y el ejército. Los primeros bancos no se parecían mucho a los modernos: pesaban aproximadamente medio kilogramo y el mango estaba hecho de hierro forjado a mano. Estas latas eran bastante caras porque un trabajador podía producir solo 4-5 latas en una hora. Ahora las latas se producen en transportadores modernos que pueden producir lotes de varios miles de artículos por día.
Estructuralmente, la lata consta de varias partes: la caja, el fondo y la tapa. Se pueden hacer, dependiendo de la tecnología de producción, con bordes cónicos, con o sin refuerzos, con tapas fáciles de abrir. La superficie interna puede ser barnizada o sin barnizar. Y el exterior, barnizado o litografiado.
Las latas viejas son muy caras. Incluso en las subastas de coleccionistas, una lata rara puede rendir de 30 a 300 dólares estadounidenses. Los bancos extranjeros son de tan alto valor, y las latas hechas en Rusia son mucho más pequeñas.